Un aniversario que une historia y futuro
En 2026 se cumplirán cien años de la partida del Plus Ultra, el hidroavión Dornier Wal que el 22 de enero de 1926 despegó desde Palos de la Frontera para aterrizar el 10 de febrero en Buenos Aires. Fue el primer gran vuelo transatlántico español y uno de los pioneros en unir continentes. Con él se inauguró una década irrepetible para la aviación española: la de los Grandes Vuelos, una etapa que abrió caminos en la técnica, la diplomacia y el prestigio internacional.
Más allá de un desafío técnico
La hazaña del Plus Ultra no fue solo un logro mecánico. Supuso un símbolo de conexión entre España y Latinoamérica, una manera de recuperar la tradición de exploración desde el mismo punto de partida de Cristóbal Colón. El propio nombre del avión, Plus Ultra (“más allá”), evocaba esa voluntad de romper fronteras.
La navegación sobre mares desconocidos, los cálculos meteorológicos rudimentarios y la fragilidad de los motores situaban la gesta en un terreno cercano a lo que hoy representa la exploración espacial.
Una década de gestas aéreas
El Plus Ultra fue solo el comienzo. En pocos años, los aviadores españoles protagonizaron travesías que quedaron inscritas en la memoria colectiva:

- Escuadrilla Elcano (1926): tres aviones Breguet XIX despegaron desde Madrid rumbo a Manila. Pese a averías y abandonos forzados, los capitanes Loriga y Gallarza lograron culminar más de 14.000 km de vuelo, llegando a Filipinas en mayo de 1926.
- Patrulla Atlántida (1926-1927): tres hidroaviones Dornier Wal partieron de Melilla y alcanzaron Santa Isabel, en la entonces Guinea Española, tras nueve etapas en formación. Un logro de coordinación técnica y logística.
- Jesús del Gran Poder (1929): desde Sevilla hasta Sudamérica, con paradas en Brasil, Uruguay, Argentina y Chile, los capitanes Ignacio Jiménez y Francisco Iglesias completaron un raid de miles de kilómetros que consolidó los lazos con Iberoamérica.
- Haya y Rodríguez (1931): en plena Nochebuena, los pilotos Cipriano Rodríguez y Carlos de Haya despegaron de Sevilla en un Breguet XIX rumbo a Bata (Guinea Española). Recorrieron más de 4.300 kilómetros en poco más de 27 horas, atravesando desiertos y selvas.
- Ciudad de Manila (1933): el piloto civil Fernando Rein Loring voló en una avioneta Comper Swift desde Getafe hasta Filipinas, cubriendo 15.000 km en 82 horas de vuelo repartidas en doce etapas. Una proeza solitaria que demostró la resistencia individual.
- Cuatro Vientos (1933): Mariano Barberán y Joaquín Collar unieron Sevilla con La Habana tras casi 8.000 km en un Breguet XIX Gran Raid. Días después, en ruta hacia México, desaparecieron sobre Tabasco. Su destino aún es un misterio.
- Santander (1935): Juan Ignacio Pombo voló desde la ciudad cántabra hasta México en una avioneta British Klemm Eagle 2. Tras múltiples escalas en África y Sudamérica, llegó a su destino el 16 de septiembre de 1935, tras 15.970 km de recorrido.
El legado que inspira a nuevas generaciones
El centenario no pretende ser solo una mirada nostálgica al pasado. Es también una oportunidad para reconocer el sacrificio y la audacia de aquellos pioneros, y al mismo tiempo fomentar entre los más jóvenes el interés por la aeronáutica y la tecnología espacial.
Los actos previstos reunirán a instituciones nacionales e internacionales en un programa que busca honrar la memoria, pero también abrir horizontes: del aire al espacio, de la historia al futuro.





