La digitalización y la sostenibilidad se han convertido en los grandes vectores de competitividad de la economía española. Ambos conceptos marcarán el rumbo de las empresas en 2025 y definirán la posición del país en el mercado europeo.
La digitalización de los procesos productivos, el comercio electrónico y la administración pública está mejorando la eficiencia y reduciendo costes. Paralelamente, la transición ecológica impulsa nuevos modelos de negocio basados en energías renovables, reciclaje y economía circular.
La combinación de tecnología y sostenibilidad genera oportunidades de empleo, atrae inversión y refuerza la imagen internacional de España. Para aprovecharlas, es necesario un compromiso conjunto: empresas que innoven, instituciones que apoyen y ciudadanos que adopten hábitos responsables.
El futuro no será solo digital o solo verde: será ambos a la vez. La economía española tiene la oportunidad de liderar esa transformación si apuesta por el talento y la innovación.





