Las energías renovables se consolidan como uno de los pilares fundamentales en la lucha global contra el cambio climático y en la transformación del modelo energético mundial. Países de todo el mundo están acelerando la incorporación de fuentes limpias como la solar, eólica e hidroeléctrica para reducir la dependencia de los combustibles fósiles y cumplir con los compromisos internacionales.
Expertos destacan que el avance tecnológico y la reducción de costos han convertido a las renovables en una opción competitiva y accesible, que no solo disminuye las emisiones de gases de efecto invernadero sino que también genera empleo y mejora la seguridad energética. Sin embargo, la transición energética no está exenta de retos. La intermitencia de estas fuentes, la necesidad de modernizar infraestructuras y la gestión ambiental local son aspectos que gobiernos y empresas deben abordar para asegurar un desarrollo sostenible.
En España, la apuesta por las energías limpias se ha traducido en un aumento significativo de la capacidad instalada y en proyectos que involucran a comunidades locales. La colaboración internacional y el impulso de políticas claras serán determinantes para que el mundo avance hacia un futuro más verde y resiliente.