En una visita que combina simbolismo y firmeza diplomática, la ministra de Defensa española, Margarita Robles, presidió un encuentro con su homóloga lituana, Dovilė Šakalienė, antes de desplazarse al Destacamento Aerotáctico «Vilkas», destacado en la base aérea de Šiauliai. Allí, Robles renovó el mensaje de que “las amenazas solo sirven para reafirmar que España va a seguir apoyando y defendiendo la libertad”, en un contexto de creciente tensión en el flanco este de la OTAN.
Durante la reunión bilateral, Šakalienė agradeció expresamente el despliegue español, compuesto por cerca de 200 militares, ocho cazas Eurofighter y un avión A400 de reabastecimiento en vuelo, y subrayó que la solidaridad de España es clave para frenar las agresiones y trabajar por la seguridad común, especialmente ante el creciente uso de drones por parte de Rusia en la región. Robles, por su parte, reiteró el “compromiso total” del gobierno español con la paz defendida desde la diplomacia, advirtiendo que las presiones rusas “no van a quebrar el compromiso de España con el trabajo, la cooperación y la unidad de la Alianza en pro de la libertad y la seguridad”.
El jefe del destacamento ‘Vilkas’, el teniente coronel Francisco Holgado, detalló la operativa de la misión: los Eurofighter españoles deben estar listos para despegar en apenas 15 minutos ante cualquier incursión, gracias a un entrenamiento riguroso y una alta competencia del personal. Esa capacidad de reacción rápida es esencial para disuadir y asegurar el espacio aéreo lituano.
Una misión clave para el este de la OTAN
España forma parte de la Policía Aérea del Báltico desde 2006, y desde 2014 esa misión ha sido reforzada bajo el esquema “enhanced Air Policing”. La rotación actual es la número 69 para los contingentes españoles desplegados, y concluirá el 30 de noviembre, cuando será sustituida por la rotación 70. Para mantener el alto nivel operativo, se realizan relevos de tripulaciones a mitad de cada periodo de despliegue.
La misión de Policía Aérea, estrictamente defensiva, consiste en vigilar, identificar y disuadir aeronaves que vulneren el espacio de los tres países bálticos (Lituania, Estonia y Letonia) en periodos rotatorios. Los cazas en alerta deben responder en cuestión de minutos para interceptar objetivos sospechosos. Sin embargo, la petición lituana de elevar la misión hacia roles más amplios ha abierto un debate sobre los límites de acción de estos contingentes. La diferencia entre “policía aérea” y “defensa aérea” es significativa: la primera actúa como elemento disuasorio, la segunda implica capacidad para emplear fuerza en respuesta.
Una presencia estratégica con reconocimiento aliado
La aportación española, tanto por la cuantía de medios como por su profesionalidad, ha sido reconocida y valorada por Lituania. El contingente resulta esencial no solo para la vigilancia diaria, sino para reforzar la seguridad colectiva del flanco oriental. El despliegue del A400 permite prolongar las misiones gracias al reabastecimiento en vuelo, lo que multiplica la eficacia del dispositivo aéreo.
Frente a las amenazas recientes —como el aumento de incursiones de drones rusos en el espacio báltico— la ministra Robles insistió en que España seguirá ofreciendo capacidades al flanco este y será un socio fiable, incluso cuando las tensiones se intensifiquen.
En la base de Šiauliai, el mensaje es claro: la presencia española no es simbólica, sino operativa, y su compromiso con la libertad y la defensa colectiva permanece inquebrantable.





