Doce nuevos zapadores se incorporan a la élite de Operaciones Especiales en una ceremonia que rememora seis décadas de tradición y valentía
El 12 de septiembre marcó un día muy especial para el Escuadrón de Zapadores Paracaidistas (EZAPAC), cuando 12 miembros culminaron con éxito el exigente Plan de Instrucción 24-25 y recibieron la emblemática boina verde de Operaciones Especiales del Ejército del Aire y del Espacio. Entre ellos se encuentran un oficial, dos suboficiales y nueve militares profesionales de tropa y marinería, quienes a partir de ese momento portarán con orgullo y humildad este símbolo de compromiso y excelencia.
Este riguroso programa formativo, que se extiende durante nueve meses, pone a prueba tanto la fortaleza física como la mental de los aspirantes, demandando una alta tolerancia al estrés y al agotamiento. Además, implica el aprendizaje de habilidades técnicas, tácticas y de resiliencia que preparan a los futuros operadores para afrontar cualquier desafío que se presente en diversas circunstancias.
La entrega de las boinas tuvo lugar en una ceremonia cargada de emotividad, disciplina y respeto a la tradición, momento en el que estos nuevos zapadores se suman a un legado de honor y sacrificio heredado de quienes los antecedieron. El evento coincidió con la conmemoración del 60º aniversario de la creación del EZAPAC, fundado el 9 de septiembre de 1965 tras la disolución del Escuadrón de Paracaidistas de la Base Aérea de Alcalá. También se recordó la primera misión internacional de la unidad, realizada en 1975 bajo el nombre de Operación Golondrina.
Durante el acto se entregaron los Premios Zapador y el Premio de Seguridad de Vuelo, además de rendir homenaje a los miembros que perdieron la vida en servicio por España. Como parte de las celebraciones, el día 10 de septiembre se llevó a cabo un lanzamiento paracaidista masivo desde un T-23 del Ala 31 en la Base Aérea de Alcantarilla, reuniendo a gran parte del personal de EZAPAC en una demostración de cohesión y pericia.
