Josué Ludeña: del barrio limeño a levantar sueños en Chamberí

En la calle Fernando el Católico 73, en pleno corazón de Chamberí, se encuentra Studio V, una barbería distinta. No es solo un local con sillones y espejos: es un punto de encuentro donde los clientes, que pronto se convierten en amigos, charlan, comparten partidas en la PlayStation 5 y disfrutan de un ambiente que mezcla tradición, modernidad y mucho corazón. Detrás de este proyecto está Josué Ludeña, un joven barbero peruano que llegó a Madrid con una maleta cargada de sueños y la firme convicción de construir un futuro para su familia.

Un pasado marcado por la superación

Josué recuerda que en Lima su vida carecía de rumbo. La infancia estuvo llena de buenos momentos familiares, pero en la juventud se dejó arrastrar por la calle y las amistades equivocadas. Todo cambió cuando la inseguridad y la falta de oportunidades le empujaron a emigrar. Llegar a España no fue sencillo: sin dinero ni contactos, tuvo que dormir en el suelo de peluquerías o en el salón de algún pariente. “Fue durísimo, pero también me enseñó a valorar cada pequeño paso”, confiesa.

La barbería como destino

El giro llegó en 2016, cuando un amigo comenzó a formarse como barbero y lo utilizaba para practicar. A Josué le fascinaba observar cada corte y decidió intentarlo. Así descubrió una vocación que pronto se convirtió en pasión. Inspirado por barberos de Puerto Rico como Bengie o Arod, comenzó a trazar su propio camino.

Montar su barbería fue una apuesta arriesgada: acababa de nacer su hija Sofía, y abrir un negocio implicaba una gran inversión y la posibilidad de perderlo todo. Sin embargo, asumió el reto, aprendiendo en distintas barberías de Madrid hasta conocer a fondo el sector.

Entre dos culturas

Hoy, en Studio V, Josué combina la esencia urbana de la barbería peruana —con detalles como el “flow” en los cerquillos o barbas bien definidas— con el clasicismo español, más sobrio y elegante. “Me adapto al estilo de cada cliente. Lo importante es que salgan contentos y con buena energía”, explica.

Sofía, su motor diario

Su hija Sofía es el centro de todo. “Ella es la razón por la que me levanto cada día. Sacrifico horas, esfuerzo y descanso, pero sé que lo hago por su futuro y por el de mi familia”, dice con una sonrisa que desvela orgullo y ternura. Al lado de su pareja, Mariet, ha encontrado el apoyo necesario para sostener este sueño.

Un mensaje de vida

Cuando se le pregunta qué le diría al joven que dejó Perú, responde sin dudar: “Que no se rinda. Aunque te vean como la oveja negra, aunque nadie apueste por ti, sigue luchando. Al final, todo esfuerzo tiene recompensa”.

A los jóvenes que buscan abrirse camino, su consejo es claro: “Ama lo que haces y haz lo que amas. Habrá gente que no quiera verte crecer, pero lo importante es mantener el enfoque y dar siempre lo mejor”.

Más que una barbería

Studio V no es solo un espacio de trabajo: es la materialización de un sueño que parecía inalcanzable y que hoy se sostiene gracias a la confianza de quienes cruzan su puerta. Cada cliente que vuelve, cada sonrisa frente al espejo y cada recomendación son la prueba de que Josué ha sabido levantar algo más grande que un negocio: ha creado una comunidad. No es casualidad que en Booksy, la plataforma de reservas online, acumule ya más de 150 reseñas con una media de 5 estrellas, un reconocimiento espontáneo de quienes han pasado por sus manos y han sentido que allí se corta algo más que el pelo: se forjan vínculos.

Porque al final, Studio V es el reflejo de la vida de Josué: esfuerzo, sacrificio y una inmensa fe en que los sueños se cumplen. Es el eco de un padre que quiere dejar a su hija Sofía la certeza de que nunca hay que rendirse. Y es también el testimonio de que, incluso cuando todo parece estar en contra, la constancia, la humildad y la pasión pueden transformar un destino. En cada corte, en cada charla y en cada amistad que nace entre sus paredes late la historia de un joven que un día decidió creer en sí mismo. Y esa, sin duda, es la lección más valiosa que nos deja.