La Unión Europea ha puesto en marcha uno de sus proyectos de seguridad más ambiciosos: la creación de un “muro antidrones” para blindar sus fronteras frente a incursiones aéreas no autorizadas, en su mayoría atribuidas a Rusia. La propuesta, que nació en el discurso sobre el Estado de la Unión de Ursula von der Leyen, ha ganado fuerza en las últimas semanas tras repetidos incidentes en Dinamarca, Polonia y Alemania.
Una muralla invisible contra drones
El plan no contempla una barrera física, sino un sistema integrado de sensores, radares y contramedidas electrónicas y cinéticas capaz de detectar y neutralizar drones hostiles antes de que comprometan infraestructuras críticas o cierren aeropuertos. El comisario europeo de Defensa, Andrius Kubilius, adelantó que las primeras fases podrían entrar en funcionamiento en un plazo de un año.
La alarma en el flanco oriental
En los últimos días, vuelos no autorizados obligaron a cerrar temporalmente el espacio aéreo en Dinamarca, mientras que en Alemania se investigan posibles intentos de espionaje o sabotaje sobre bases militares y fábricas de armamento. Polonia y los países bálticos, que viven la amenaza rusa con mayor intensidad, son los principales impulsores de la iniciativa y piden solidaridad a los estados del sur, más reacios a asumir costes.
Ucrania, consejera en la sombra
Aunque el muro está diseñado solo para miembros de la UE, funcionarios ucranianos participan como asesores. Kiev acumula años de experiencia frente a ataques masivos de drones rusos y ya impulsa un plan paralelo con apoyo europeo por valor de 6.000 millones de euros.
Retos financieros y políticos
- Financiación: no existe un reparto acordado entre los 27.
- Interoperabilidad: los sistemas nacionales deberán operar como un único escudo.
- Riesgo de escalada: derribar drones hostiles plantea dilemas diplomáticos si no se demuestra amenaza directa.
Pese a estas dificultades, Bruselas insiste en que la seguridad aérea es ya la prioridad número uno de la defensa europea. El debate continuará en la cumbre informal de líderes en Copenhague, donde se espera que se concreten plazos y presupuestos.
Una respuesta al nuevo campo de batalla
La guerra híbrida, donde drones de bajo coste pueden cerrar aeropuertos o espiar infraestructuras críticas, ha obligado a la UE a acelerar su estrategia defensiva. El “muro antidrones” no solo busca blindar el cielo europeo, sino también enviar un mensaje de unidad y resiliencia frente a Moscú.





