Un ajuste que afectará a todos los trabajadores
A partir del 1 de enero de 2026, las nóminas de millones de trabajadores en España experimentarán un ligero descenso. El motivo es la subida del Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), un recargo que forma parte de la reforma de pensiones impulsada por el Gobierno en 2023 para reforzar la sostenibilidad del sistema público.
El MEI no es nuevo. Entró en vigor en 2023 con un tipo del 0,6 %, pero su porcentaje aumenta de forma progresiva hasta 2029. En 2026 alcanzará el 0,9 %, una subida que se traducirá en un descuento visible en las nóminas. De ese porcentaje, el 0,75 % lo asumirá la empresa y el 0,15 % el trabajador. La medida busca crear un colchón financiero que permita sufragar la jubilación de la generación del “baby boom”, un colectivo que comenzará a retirarse de forma masiva en los próximos años.
Impacto en la nómina: cuánto se reducirá el salario
Aunque el impacto será reducido, se dejará notar. Para un trabajador con un salario bruto anual de 28.000 euros, el nuevo recargo supondrá unos 42 euros menos al año. Quienes coticen por la base máxima verán un descuento de entre 90 y 95 euros anuales, mientras que para los sueldos más bajos la reducción apenas superará los dos euros mensuales.
En el caso de los autónomos, la aportación será íntegra, ya que no comparten el porcentaje con ninguna empresa. Para un salario medio de 2.000 euros brutos, el descuento mensual rondará los tres euros.
El recargo se aplicará de forma automática, sin necesidad de realizar ningún trámite. Aparecerá reflejado dentro de las cotizaciones sociales en las nóminas a partir de enero. Algunas interpretaciones jurídicas apuntan a que quienes prolonguen su actividad más allá de la edad legal de jubilación podrían quedar exentos, aunque la norma general contempla su aplicación a todos los trabajadores en activo.
Un mecanismo para sostener las pensiones del futuro
Conviene recordar que este mecanismo no incrementa la pensión futura de cada persona. No se trata de una inversión individual, sino de una aportación colectiva al fondo común de la Seguridad Social. Su finalidad es reforzar la estabilidad financiera del sistema público ante el aumento de jubilaciones previsto en los próximos años.
El impacto económico del recargo será limitado para la mayoría de los trabajadores, aunque supone un cambio relevante en la estructura de cotizaciones sociales.





