El Salario Mínimo Interprofesional (SMI) es la retribución mínima que un trabajador debe percibir por jornada completa. En 2025 se fijó en 1.184 euros al mes en 14 pagas, lo que supone un incremento de 50 euros respecto al año anterior.
En la última década, el SMI ha pasado de cifras cercanas a los 750-800 euros hasta superar los 1.100 actuales, lo que supone un crecimiento superior al 60%. Esta evolución ha buscado garantizar el poder adquisitivo de los trabajadores, especialmente mujeres y jóvenes, que son los más beneficiados por esta medida.
El aumento del SMI tiene efectos directos sobre más de dos millones de empleados en España. Por un lado, mejora la renta de las familias con salarios más bajos; por otro, abre un debate sobre su impacto en el empleo y en los costes empresariales.
El debate continúa abierto: algunos sostienen que es necesario seguir elevando el salario mínimo para garantizar una vida digna; otros advierten del riesgo de que las pequeñas empresas no puedan soportar el coste. Lo cierto es que el SMI se ha convertido en uno de los instrumentos más visibles de política económica y social de los últimos años.





