Volver a las raíces: Pablo Alborán y su gira “Global Tour” con el sonido de ‘KM0’

Pablo Alborán, el cantautor malagueño que ha dejado una huella profunda en la música española de los últimos quince años, ha desvelado su próximo gran proyecto: un álbum titulado KM0 —séptimo trabajo de estudio— y una gira mundial bautizada como “Global Tour”. El anuncio, hecho en septiembre de 2025, marca un regreso a los orígenes, un replanteamiento personal y artístico que conecta con la idea de detenerse en el punto de partida para comprender mejor el camino recorrido.

El simbolismo de “KM0”
El título del nuevo disco no es casual. “KM0” evoca el inicio, el origen desde el cual parten las historias y los viajes. En España, el kilómetro cero de la Puerta del Sol en Madrid simboliza también ese lugar de referencia desde el cual se miden las distancias y los caminos. Para Alborán, es un modo de volver a lo esencial, de reencontrarse con lo que le ha formado como músico y como persona. Se trata de un ejercicio de introspección: mirar atrás, reconocer raíces, y al mismo tiempo impulsarse hacia un futuro renovado.

La ruta del “Global Tour”
La gira comenzará en mayo de 2026, con arranque en Bilbao. A lo largo de las semanas siguientes, Pablo recorrerá las principales ciudades españolas: Barcelona, Madrid, Valencia, Murcia, Granada, A Coruña y Fuengirola. Cada parada será un encuentro con públicos distintos, aunque unidos por esa emoción compartida que caracteriza sus conciertos. Entre las fechas destaca el 30 de mayo en el Roig Arena de Valencia, una de las citas más señaladas por su capacidad y modernidad.

Más allá del calendario habitual, Alborán prepara un gesto singular: el 23 de septiembre ofrecerá un concierto gratuito en la Puerta del Sol, en Madrid, transmitido en directo a través de TikTok. Este evento masivo, abierto y accesible, subraya su deseo de trascender las fronteras del espectáculo convencional para generar comunidad, recuperar la experiencia colectiva de la música como celebración compartida.

Una experiencia pensada para el público
Alborán ha confesado que afronta este proyecto “con mucha emoción”. Sus palabras reflejan una visión clara: crear un espacio en el que el público pueda “no pensar en el tiempo” y “recuperar la esperanza”. En un mundo acelerado y lleno de incertidumbres, la música se convierte en refugio y en vehículo de catarsis. El artista sabe que, más allá de las cifras y los premios, la conexión emocional con quienes lo escuchan es el verdadero núcleo de su carrera.

En el plano organizativo, la gira incorpora también estrategias propias de los grandes espectáculos: los clientes de Banco Santander dispondrán de una preventa exclusiva antes de la apertura general de entradas, lo que añade un componente de privilegio y expectativa entre los seguidores más fieles.

Un momento de madurez artística
Pablo Alborán no es un recién llegado. Desde su irrupción en 2010 con “Solamente tú”, ha publicado seis discos, se ha consolidado como uno de los cantautores más escuchados en España y Latinoamérica, y ha cultivado colaboraciones con artistas de géneros diversos. Su carrera refleja un tránsito constante entre lo íntimo y lo popular, entre la balada melódica y la experimentación con sonidos contemporáneos.

Ahora, con KM0, parece proponerse un balance. La noción de volver al origen no implica nostalgia, sino reflexión. El proyecto habla de rescatar lo que permanece, lo que sostiene, y transformarlo en nueva energía creativa. La gira, en este sentido, no será solo un despliegue técnico de luces y sonido, sino un recorrido vital que quiere poner en valor la memoria personal y colectiva.

La música como espacio compartido
En tiempos en los que el consumo musical se ha fragmentado en plataformas digitales y algoritmos, propuestas como esta giran alrededor de una idea fundamental: recuperar el poder del directo. La experiencia de cantar en un estadio, de escuchar un tema rodeado de miles de personas, de vibrar con un acorde en comunidad, sigue siendo insustituible. El concierto gratuito en la Puerta del Sol es, quizá, el gesto más elocuente de esta convicción: la música es también un derecho emocional, un bien común que trasciende la lógica del mercado.

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