El 5 de diciembre de 1492 Cristóbal Colón llegó a una isla del Caribe y la bautizó “La Española”. Todo un “profeta”, porque aún hay quien sostiene, con sorprendente convicción, que España no existió hasta 1812. Como si una constitución pudiera crear una realidad histórica y no simplemente ordenar jurídicamente una nación que ya existía.
España no nació en 1492, desde luego, pero lo de 1812 es tan inverosímil como afirmar que Francia nació en la Revolución o que Inglaterra empezó con la Carta Magna. La historia de los pueblos no depende de un documento legislativo, sino de siglos de continuidad política, cultural e institucional.
La Española: “tan hermosa y tan buena”
Tras descubrir Guanahaní en octubre y explorar Cuba en noviembre, Colón navegó hacia el sureste siguiendo noticias indígenas que hablaban de una isla fértil y muy poblada. Cuando la divisó, la describió como una tierra hermosa, abundante en agua y vegetación. La llamó Hispaniola —La Española—, nombre que, según fray Bartolomé de las Casas, otorgó “por parecerle tan hermosa y tan buena”.
La crónica del Almirante destaca los bosques frondosos, los numerosos ríos, las tierras fértiles y la presencia de poblaciones taínas que recibieron a los expedicionarios con curiosidad. Aquel encuentro marcaría el inicio del protagonismo de la isla en la expansión española.
El naufragio de la Santa María y el nacimiento del Fuerte de Navidad
Durante semanas, Colón recorrió la costa norte de la isla, visitó diferentes cacicazgos y tomó posesión en nombre de los Reyes Católicos. Pero la noche del 24 de diciembre, mientras navegaban cerca de la costa, la Santa María encalló. Con la madera del navío, Colón mandó construir el Fuerte de Navidad, el primer asentamiento estable español en el Nuevo Mundo. Allí dejó a 39 hombres, con órdenes de convivir pacíficamente con los taínos, comerciar, explorar y esperar su regreso desde Castilla.
La puerta de entrada al Nuevo Mundo
La llegada a La Española fue el verdadero punto de partida del mundo hispánico en América. Cuando Colón regresó en 1493 al frente de una segunda expedición con más de mil hombres, los Reyes Católicos impulsaron una presencia organizada en el territorio. De esa iniciativa surgieron las primeras ciudades americanas, como La Isabela en 1493 y Santo Domingo pocos años después. También nacieron las primeras estructuras administrativas en ultramar, que más tarde cristalizarían en audiencias, gobernaciones y virreinatos, así como en la compleja y avanzada legislación indiana.
La Española se convirtió así en la base inicial desde la que se proyectó la presencia española en el continente. Su historia desmiente con total claridad la idea de que España “nace” en 1812. Para entonces, la nación que supuestamente no existía llevaba siglos explorando, legislando, comerciando y expandiéndose por medio mundo.





